Este blog es para compartir mis experiencias a lo largo de mi vida profesional.

21 jul 2010

"Creencias peligrosas"

En varias ocasiones me encontré con clientes que ignoran los métodos y técnicas de vinificación y que me ha preguntado si era cierto que había bodegas que hacían el vino empleando materias químicas o empleando algún tipo de "polvito", que al mezclarlo con agua, se convertía en vino.

Mi respuesta y sugerencia, es que compre los vinos embotellados,
de esta forma se asegura que el vino no ha sufrido manipulaciones de ningún tipo.

De aquí, una breve explicación:

Si bien es cierto que hay muchas prácticas permitidas y autorizadas para la elaboración del vino, también diré que es incierto el método que cité al principio, por la sencilla razón, de que es más económico elaborar un vino, que inventar cualquier otro elemento químico, que se pueda asemejar al vino.

Las prácticas correctoras que se emplean, por lo general se utilizan para corregir el mosto antes de la fermentación, eje: si el mosto le falta acidez, se le puede agregar el mismo ácido que contiene el vino, ya sea el tartárico o el cítrico, y no más de 3g. x Lt.

Otra de las prácticas permitidas y con previa autorización, es la adición de mosto concentrado de la misma uva, con el fin de obtener más grado alcohólico después de la fermentación.

En otros países de Europa, esté recurso se llama Chaptalización, y en este caso se le agrega azúcar de caña, no pudiendo aumentar más de 2º de alcohol.

Este tipo de prácticas, se realizan con el fin de restituir al mosto aquellos elementos naturales que por causa de una climatología adversa, no se hallan en proporciones normales.

Otros elementos que se utilizan en el vino son los clarificantes, que como el nombre lo indica, clarifica el vino, haciendo que precipiten las materias sólidas.

Uno de los clarificantes más utilizados es la clara de huevo, pero es más habitual la utilización de gelatina y la cola de pescado, que con los posteriores filtrados, estos clarificantes nunca quedan incorporados en el vino.
Hay que tener en cuenta, que un vino bien elaborado no necesita ningún otro tratamiento.

Para aseptizar las barricas y evitar la contaminación del vino, existe la práctica de quemar azufre en el interior de las mismas, obteniendo así un gas llamado anhídrido sulfuroso, que actúa como germicida. Estas dosis de sulfuroso, nunca excede de 0,250 gramos/litro de vino, son totalmente inocuas y no perjudican en absoluto nuestro organismo.

Otro de los componentes que se le puede añadir al vino para evitar su rápida oxidación, es el ácido ascórbico ó más conocido como vitamina C.

Andrea Alonso Castaño